Toda la información esta en nuestro material genético, ADN, la información física y la información emocional, todos estamos relacionados con nuestros ancestros por un parecido físico, por un gesto, un modo de reaccionar.
Parte de esa información almacenada (memorias) pueden estar relacionadas en nuestra vida actual en forma de actitudes, comportamientos, modos de reaccionar y de interactuar con el otro.
El conocer conscientemente esta información y relacionarla con nosotros mismos, con nuestras situaciones de conflicto, nos lleva a “darnos cuenta” del “por que” de nuestra situación de dificultad, del “para que” la estamos viviendo y podemos entonces la hallar la forma “como”transformarla.
La información transgeneracional y la epigenética conductual
La epigenética sostiene que las experiencias de las personas no desaparecen, sino que se adhieren a ellas, bajo la forma de un residuo molecular que se aferra al andamiaje genético.
Esto no significa que el ADN cambie, sino que los aspectos psicológicos y del comportamiento de una persona (aquellos que son regulados químicamente como la depresión por el desbalance de ciertos neurtransmisores) pueden ser legados a los descendientes.
Según la epigenética del comportamiento, las experiencias traumáticas pasadas de un organismo, o de sus antepasados recientes, dejan cicatrices moleculares que se adhieren a su ADN.
¿Por qué debería asistir a un taller sobre Arbol Genealógico?
Conocer nuestra historia, la de nuestros ancestros, nos brinda la posibilidad de entrar en contacto con la “herida original”, de ponerle palabras a ese “vacío” que ocasiona los conflictos en nuestra vida actual y a los que por carecer de la información necesaria aún no terminamos de sanar…
Conocer nuestro árbol nos permite estar en paz con nuestra historia, alcanzar libertad en el presente y desde allí construir un futuro en plenitud.
Requisitos:
- Fechas de nacimiento y/o fallecimiento de integrantes de árbol genealógico.
- Hojas para dibujar el árbol, cartulinas, colores, fotos de ancestros.
- El dibujo del árbol funciona como un mandala; dibujarlo y mirar lo que creamos contribuye a nuestra sanación .